Me ha parecido fantástico. Y siguiendo con el símil del cole y los niños, no sé si te habrá pasado, pero llega mi hijo, ahora de 9 años, y me dice que la profe le ha dicho que la respuesta está mal porque lo que ella quería realmente preguntar era otra cosa... En lugar de valorar qué ha interpretado el niño y, sobre todo, por qué ha respondido así, qué preguntas previas se ha hecho el peque para llegar a esa conclusión. Si el los colegios valorásemos más el proceso y menos el resultado estaríamos más cerca de la realidad de la vida. ¿Es malo sacar la mercado un producto "malo"? O mejor dicho, ¿existe realmente ese producto malo, esa respuesta incorrecta? Seguramente no, seguramente será mejorable, habrá que preguntarse qué no encaja y volver a iterar. El "proceso" está siempre en marcha, el resultado de hecho va cambiando, va iterando.
Me ha parecido fantástico. Y siguiendo con el símil del cole y los niños, no sé si te habrá pasado, pero llega mi hijo, ahora de 9 años, y me dice que la profe le ha dicho que la respuesta está mal porque lo que ella quería realmente preguntar era otra cosa... En lugar de valorar qué ha interpretado el niño y, sobre todo, por qué ha respondido así, qué preguntas previas se ha hecho el peque para llegar a esa conclusión. Si el los colegios valorásemos más el proceso y menos el resultado estaríamos más cerca de la realidad de la vida. ¿Es malo sacar la mercado un producto "malo"? O mejor dicho, ¿existe realmente ese producto malo, esa respuesta incorrecta? Seguramente no, seguramente será mejorable, habrá que preguntarse qué no encaja y volver a iterar. El "proceso" está siempre en marcha, el resultado de hecho va cambiando, va iterando.