Mi padre a mi actual edad ya estaba enfermo. En realidad lo estuvo desde que tomó su primera gota de alcohol, pero a sus 42 ya tenía todo firmado y listo para zarpar. Aún así el cáncer tardo otros 3 largos años en pasar a recogerle, es increíble lo que aguanta un cuerpo humano.
Durante los últimos meses él era consciente de que se moría, no parecía importarle, es como si ya estuviese preparado para eso. En ese tiempo tuve la única conversación verdaderamente profunda de nuestra vida: se despidió y me pidió perdón por ser un mal padre. Realmente lo fue, no era falsa modestia, pero no deja de honrarle, podría haberse ido sin decir nada.
Por esto y otros antecedentes similares en la familia no pasa un mes sin que piense en el momento de que algún médico, después de una prueba sin mucha importancia me diga que ha visto algo raro y no hace falta que os cuente lo que pasa después. Se puede decir que llevo unos 25 años preparándome para ese día.
Aún no estoy enfermo -aparentemente- así que es probable que viva más que mi padre, pero no puedo dejar de pensar en que puede que no me queden muchas balas que disparar. Ya lo sabía de hace tiempo, pero llegar a los 40 te debe activar meter un x10 en la sensibilidad de estas cosas.
Me encanta lo que hago y tengo una sensación entre rabia y pena al pensar que me quedan muy posiblemente pocos tiros que pegar. Incluso aunque vivas hasta jubilarte, el tipo de cosa que hago ahora (empresas de tecnología) no suelen ser para señoros de 55 años. No digo que no lo puedas hacer, seguro que sí, pero si estás leyendo esto y tienes 30 años, la energía se acaba y a los 40 ya no te sale de las narices hacer según que cosas. Y te lo dice alguien que come mierda a paladas a diario. Por otro lado la cantidad de tiempo que tienes que invertir en seguir bien crece mucho, salvo que Dios te haya tocado con la varita mágica, y eso reduce aún más el tiempo efectivo.
Todo esto hace que me pregunte casi a diario si lo que hago es lo que debería estar haciendo, si estar moviendo datos de un lado para otro va a mover alguna aguja o si no estaré cambiando mi tiempo por un puñado de dólares sin propósito alguno. Imagino que a todo el mundo le llega un punto en la vida en el que se hace esta pregunta, aquí lo dejo yo por si a ti te ha pasado, que sepas que no eres el único.
Lógicamente a nivel personal hay otras miles de cosas que me matan pero no has venido aquí a que te cuente mi vida.
Que gran reflexión Javi. Creo que muchos nos sentimos identificados. Yo con mis 42 tacos hace tiempo que me medio obligué a encontrar tiempo para mí y los míos, para disfrutar de tu tiempo, de no hacer maratones diarias de 12 horas trabajando. Y es verdad que cuando llegas a esta edad no tienes la misma energía que cuando tenías 30, pero seguimos luchando y tragando "mierda a paladas" a diario como bien dices :) y esto es posible porque crees en el propósito, en el porqué, de lo que estas construyendo.
Nunca se sabe cuando nos tocará "parar", por lo que hay que disfrutar el camino.
Salud y p'alante!
No quiero que parezca que frivolizo con el tema. Desde joven he tenido activo una especie de «garbage collector», un proceso que de vez en cuando saca de mi vida las cosas que uno hace que estorban y no aportan (y rescata cosas interesantes que parecían olvidadas). Pero aún así, hace no mucho tuve un punto de inflexión en pensar lo que estaba haciendo de mi vida cuando me di cuenta de que aunque me jubile mañana, ya no me dará la vida para leer todos los libros que tengo en casa (quizá los del montón de pendientes sí) ni volver a ver todas esas películas y series que he disfrutado en tiempos pasados. Eso me hizo sentir la escala real del tiempo que vivimos y me he asustado un poco, aunque lleve toda la vida con el rollo de «si te mueres mañana, ¿crees de verdad que has vivido la vida?».